Domina tu R1: Antes, Durante y Después

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Nunca vayas a una R1 sin preparación, con la actitud de «a ver qué pasa». Las R1 deben planificarse cuidadosamente, teniendo en cuenta tres etapas: el antes, el durante y el después.

Antes de la R1: Investigación y preparación

La investigación previa a una reunión es crucial para su éxito. Por eso lo primero que hay que hacer antes de la R1 es investigar. ¿Qué hay que investigar?

  1. La cuenta: Verificar que la empresa con la que te vas a reunir encaje con tu perfil de cliente ideal (ICP). Para eso, se evalúa su sitio web, su presencia en redes sociales, su trayectoria y cualquier dato relevante que puedas comparar con tu ICP. Te recomiendo tener a mano una ficha con los ítems clave de tu cliente para organizar este análisis de manera eficiente.
  2. El contacto: Identificar el rol que tiene dentro del proceso decisorio la persona con la que te vas a reunir. Puede ser un decisor, un influenciador, un sponsor o un usuario de tu producto o servicio.
  3. La competencia: Seleccionar al menos dos o tres competidores de tu potencial cliente y analizar cómo están resolviendo el problema que tu cliente tiene.
  4. La propuesta de valor de la empresa: En B2B las ventas se basan en satisfacer necesidades y aportar valor tangible. Es esencial comprender la propuesta de valor del potencial cliente y cómo el producto o solución que vas a presentarle se conecta con su cadena de valor.

Con toda esta información, se logra una evaluación objetiva de la cuenta y podemos indicar si está muy calificada, moderadamente calificada, poco calificada o si no califica y es mejor no avanzar con la reunión.

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Durante la R1: Conectar y profundizar

Llegado el momento de la reunión, hay que evitar improvisar o tratar de imponer una agenda rígida. El objetivo es que la charla fluya de manera natural, pero siempre manteniendo el control de lo que sucede.

  1. Darle la palabra al prospecto: Hay que lograr que el prospecto hable más que uno (idealmente 70-30 u 80-20). Es necesario hacer preguntas abiertas para fomentar la conversación. Si el prospecto te da la palabra para el inicio de la conversación, solo hay que hacer una breve introducción y devolverle la palabra rápidamente.
  2. Explorar cuatro pilares clave:
    • Procesos: Comprender dónde se inserta el cliente en la cadena de valor.
    • Estrategia: Identificar problemas o puntos de dolor estratégicos.
    • Personas: Analizar quiénes forman parte de ese proceso y cuáles son sus roles.
    • Tecnología: Explorar qué herramientas utilizan y cómo podrías mejorar sus procesos.

El objetivo es identificar oportunidades y retos a través de esta exploración.

3. Agendar la R2: El propósito principal de la R1 es asegurar la R2. Idealmente, la próxima reunión debería agendarse antes de terminar la primera.

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Después de la R1: Acción y seguimiento

Luego de la primera reunión es necesario tomar acciones concretas para mantener el impulso y avanzar hacia una posible colaboración. Para ello hay que:

  1. Identificar y priorizar retos: Profundizar en los desafíos identificados durante la reunión. Priorizar aquellos con mayor impacto y urgencia, los llamados quick wins, que son problemas críticos que desde tu empresa pueden resolver rápidamente y con un costo razonable.
  2. Estima el impacto: Evaluar cómo la solución que proponen puede beneficiar al negocio. Realizar una estimación del ROI que sea realista y creíble, vinculando tu propuesta con un beneficio tangible para el cliente.
  3. Presentar un plan: Diseñar un cronograma (por ejemplo, un diagrama de Gantt) con las acciones que se van a llevar a cabo, los tiempos estimados y los resultados esperados. Esto ayuda a justificar el presupuesto y mostrar que la inversión está alineada con el impacto previsto.
  4. Construir confianza: Relacionar tu servicio con los resultados que el cliente espera. Dejar en claro que las estimaciones son razonables pero no garantizadas, generando credibilidad y tranquilidad.

Con esta metodología, vas a transformar tus reuniones iniciales en el primer paso hacia una relación comercial sólida y efectiva.

Alguno consejos adicionales

Ser auténtico: mostrar interés genuino por el cliente y sus necesidades, empatizando con sus desafíos 

Escuchar activamente: prestar atención a lo que el cliente dice sin interrumpir y evitando distracciones. Hacer preguntas relevantes que inviten a una conversación más profunda y demostrando que estás entendiendo sus puntos de vista.

Adaptar el mensaje: personalizar tu mensaje a cada cliente y a su situación específica.

Ser paciente y persistente: el proceso de venta B2B puede ser largo, cada relación comercial requiere tiempo para cultivar la confianza y demostrar el valor. Es fundamental aprovechar cada interacción para construir una relación más sólida y demostrar el valor de nuestra solución o producto.

Soy Martín Frías consultor especialista en posicionamiento, propuesta de valor y generación de demanda para empresas B2B. Puedo ayudar a que tu negocio crezca, contactame.

Por Martín Frías

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